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Pueblo
Blanco
Joan Manuel
Serrat
Colgado de un barranco duerme mi pueblo blanco bajo un cielo que, a fuerza
de no ver nunca el mar, se olvidó de llorar. Por sus callejas de polvo y piedra por no pasar, ni pasó la guerra. Sólo
el olvido camina lento bordeando la cañada donde no crece una flor ni trashuma un pastor.
El sacristán ha
visto hacerse viejo al cura, el cura ha visto al cabo y el cabo al sacristán. Y mi pueblo después vió morir
a los tres... Y me pregunto: Por qué nacerá gente si nacer o morir es indiferente.
De la siega a la siembra, se
vive en la taberna. Las comadres murmuran su hitoria en el umbral de sus casas de cal. Y las muchachas hacen bolillos buscando,
ocultas tras los visillos, a ese hombre joven que noche a noche forjaron en su mente, fuerte para ser su señor y
tierno para el amor.
Ellas sueñan con El, Y El con irse muy lejos de su pueblo. Y los viejos sueñan morirse
en paz, y morir por morir, quiren morirse al sol. La boca abierta al calor, como lagartos. Medio ocultos tras
un sombrero de esparto.
Escapad gente tierna que esta tierra está enferma, y no espereís mañana lo que no
se os dió ayer, que no hay nada que hacer. Toma tu mula, tu hembra y tu arreo, sigue el camino del pueblo hebreo y
busca otra luna. Tal vez mañana sonría la fortuna. Y si te toca llorar es mejor frente al mar.
Si yo pudiera
unirme a un vuelo de palomas y atrevasando lomas dejar mi pueblo atrás, Os juro por lo que fui que me iria
de aquí... Pero los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio.
::Estas son mis voces profetas::
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