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Estaba en la hermética, en la carta del acuerdo / lei
de puño y letra en no alcoholizados sueños. / Y siempre hubo un plato, para el alma que evoca / desayunaba en Rosario, la cena en Zaragoza. Qué importa si en mi forma de tirar la piedra está tu mano / si apunto a la
belleza y acierto en lo humano. / No te hago con las culpas, soy
yo el equivocado en Zaragoza desaprendo los libros de Rosario.
He aprendido a buscar la total libertad / mi alma no
hace quizá más que estar atenta a lo que ocurre / que estar colgada de otra cosa que vivir buscando / Rosario y Zaragoza
No sé de todo esto cuánto es aprendido / soy un perro
que gruñe, que muerde y da ladridos / cuando buscan su hueso aunque
viva escondido. / En Zaragoza y en Rosario me encuentro y me extravío. / No sé que pasa esta vez entre los dos / cuanto más viejo, ya
sabes, más cabrón. / y el chico que buscaba el sabbath vive ahora / en
un viaje continuo entre Rosario y Zaragoza.
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"El tema
Hablando de quienes me alimentaron las inspiraciones, he llegado a soñar una fuente utópica en dos ciudades
del mundo tan distantes y tan cercanas a la vez en mi corazón. Ellas los vieron nacer. Rosario en Argentina, Zaragoza en España.
La grabación
La concluí en Septiembre de 2007, después de mil recorridos: principalmente porque perdí toda
la información una vez grabada. El corazón ya se me había abierto a adoptar toda tierra como mia, a querer cada cultura
entre mis manos; ahí es que se incluyen al principio las palabras de una aborígen Wayuu de Colombia. El berimbau (solo
al principio) es mi primitiva interpretación en el autóctono instrumento afro-brasilero. Todo eso, o tal vez nada de eso,
es Rosario y Zaragoza." Alexis Degrik ▼
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